Para muchos resulta incomprensble la planificación veraniega llevada a cabo por Monchi durante esta temporada.
Desde primera hora se estaba viendo mucha improvisación, aun sabiendo que dos de sus jugadores claves, como fueron Diego Carlos y Koundé, iban a salir.
No se anticipó al mercado, fichando jugadores libres en esa demarcación y finalmente firmó a Marcao, al que las lesiones no le han dejado participar mucho, y Nianzou, una promesa que debe hacerse un hueco en la élite.
A ellos se unió el cedido Alex Telles, que no ha desentonado, aunque su reciente lesión en el Mundial le mantendrá apartado hasta mediados de febrero.
Los otros tres fichajes, Isco, Dolberg y Januzaj fueron fruto de la insistencia del entrenador, en el primero caso, y de la improvisación en los dos últimos.
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Parece incomprensible que un director Deportivo de la experiencia de Monchi se dejase convencer por el fichaje de Isco, cuando no entraba en sus planes.
Igualmente no entra en cabeza que firmara a Dolberg antes de Raúl de Tomás o a Januzaj, cuando llevaba sin entrenar desde mayo, que terminó su vinculación con la Real Sociedad. ¿Dónde está aquí la labor del Big Data?
Ahora, a estos tres jugadores se le busca destino, sólo cuatro meses después de su fichaje, siendo algunos casos más fáciles de solventar, como la cesión de Dolberg y otro, como los contratos de Januzaj e Isco, mucho más complicados o imposibles de romper.