El Sevilla de Sampaoli carbura, hace soñar a su gente. La de hoy en Nervión es una cita magna. La segunda prueba de fuego que va a calibrar el potencial de este remozado y sorprendente equipo que ya hizo morder el polvo al intratable Atlético de Simeone. Ahora mismo nadie atisba dónde está el techo del Sevilla, creciendo cada semana a partir de los ambiciosos dogmas de su entrenador. La osada idea está calando entre los futbolistas: una atrevida fórmula a caballo entre el ‘bielsismo’ y el ‘guardiolismo’, encarnado éste último en su propio cuerpo técnico con las figuras de Lillo y el analista Matías Manna.