La figura de Cristóbal Soria se hizo muy relevante en el panorama futbolístico español desde su puesto de delegado de campo del Sevilla FC. Siempre salpicado por la polémica, la gota que colmó el vaso de los dirigentes del club de Nervión llegó tras un Sevilla-Villarreal.
Corría la temporada 2010/11 y el Sevilla ganaba 3-2 al ‘Submarino Amarillo’. En los últimos minutos, cada vez que el Villarreal se acercaba con peligro a la portería defendida por el Sevilla, varios balones caían al mismo tiempo sobre el césped, deteniendo el partido.
Además, los recogepelotas decidieron no hacer su trabajo y escondieron todos los balones, siguiendo las órdenes de Cristóbal Soria.
José María del Nido no toleró esta vergüenza nacional y fulminó a Cristóbal Soria semanas después.