En lo que respecta a Ramón Rodríguez Verdejo —el hombre que todo el mundo conoce como “Monchi”—, su trabajo sigue siendo el mismo de siempre. El juego del fútbol está en una pausa, indefinida, lo que lo ubica en el mismo limbo nervioso que cualquier otro deporte, que cualquier otra industria. Sin embargo, en las pantallas de las computadoras portátiles y en los teléfonos celulares, el negocio sigue en pie lo mejor que puede. Así que para Monchi, el director deportivo del Sevilla —la persona encargada de las operaciones de reclutamiento del club—, todavía hay datos que rastrear y videos que ver. Los representantes siguen llamando, promoviendo jugadores y detallando demandas salariales. Monchi y su equipo ingresan todos los datos, luego deliberan y ajustan sus cálculos como corresponda. Es el mismo escenario que habría en un abril cualquiera, en un mundo cualquiera. “La única diferencia es que las reuniones se hacen por videollamada”, comentó Monchi. “Así que no hay que ponerse un traje”.
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