Hay partidos que deberían verse con un esmoquin, y el Sevilla-Barça es sin duda uno de ellos. No hay hoy en la Liga española un espectáculo a priori más exquisito que el que pueden ofrecer los equipos de Sampaoli y Luis Enrique. La apuesta que ha hecho el club sevillano es una de las más arriesgadas que ha hecho un club europeo en los últimos años.