Kike Salas vivía este pasado mes de enero una situación muy desagradable, al ser acompañado por la Guardia Civil a Comisaría, para prestar declaración por un supuesto amaño de apuestas.
Se le acusaba de favorecer presuntamente a personas de su entorno, a través de forzar tarjetas amarillas, que previamente habían sido apostadas por estas personas.
El jugador se negó a declarar y esta a la espera de saber si habrá juicio o finalmente se sobreseerá la causa en la que está acusado.
Hablamos de que que en caso de que fuera condenado, se enfrentaría a penas de prisión que irían de entre 6 meses y 3 años.
Esto además del castigo deportivo, que en España puede suponer perder la licencia de futbolista de dos a cinco años.
Sin embargo, en los próximos días podría haber un precedente mucho peor, ya que el futbolista del West Ham, Lucas Paquetá, podría tener un «castigo de por vida» por parte de la Federación inglesa, por un hecho similar.
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Mientras, el jugador y el Sevilla se muestran muy tranquilos con este asunto, como demuestra que la propia Federación Española se haya retirado como acusación particular.
