Quizá con Eduardo Berizzo ya no es una sorpresa, pero el Celta se ha convertido, a fuerza de trabajo serio, en una realidad desde su regreso a Primera División en la temporada 12-13. Desde entonces, una mezcla de pragmatismo y buen fútbol ha devuelto a Balaídos -un clásico del fútbol nacional- la ilusión por el fútbol tras años a la sombra de la grandeza del Deportivo y no pocas campañas en Segunda. Si Paco Herrera puso las bases con la pana y Luis Enrique dio cierto glamour al juego gallego sin dejar de tener los conceptos claros, con Berizzo competir es algo que el Celta sabe hacer bien.