La II edición del Rayo Vallecano de Paco Jémez se fundamentará, como la sorprendente versión primera, sobre la exquisitez en el trato del balón. El técnico cordobés no renuncia a su filosofía de juego respetuoso con la pelota pese a que las penurias económicas del club madrileño han obligado a reconstruir una plantilla con los rescoldos de la que sorprendió el curso pasado y mucho jugador libre o cedido. El octavo puesto que logró el Rayo parece una quimera esta temporada sin futbolistas clave como Javi Fuego, Leo Baptistao o Piti.