El Sevilla no está por la labor de abonar 10 millones, como pide la jefatura culé, por un jugador de 32 años que el Barça no quiere y que tiene, además, una ficha alta. Rakitic tampoco está dispuesto a renunciar el año que le queda a no ser que se le dé la carta de libertad. Sólo la mediación del propio Ivan podría desatascar el asunto. Monchi, el secretario técnico del Pizjuán, busca fórmulas para convencer a los azulgrana. También en el Camp Nou, como tener opciones preferenciales por canteranos andaluces, petición no confirmada. Fuentes del Sevilla han explicado a MD que a lo máximo podrían pagar un traspaso simbólico, pero que no disponen de presupuesto para invertir en un jugador del perfil de Rakitic, por mucho que hayan ganado la Europa League. No pinta nada fácil.