No se trata sólo de una idea que circula en estos momentos por la planta noble nervionense, consiste en una decisión firme tomada con la calculadora en una mano y el lápiz en la otra. Fuera de Europa las cuentas no cuadran. Hace falta acudir a fondos de inversión para traer jugadores y también es necesario vender a alguna buena pieza para ingresar dinero contante y sonante.
Así las cosas, el Sevilla ya ha puesto en marcha la maquinaria. Todos los jugadores son susceptibles de ser vendidos si llega una oferta razonable. Ya ni siquiera tiene que ser desorbitada.