Dos condicionantes claros han animado al Sevilla a desechar una oferta que en otras circunstancias sería atendida, o al menos, próxima a ser escuchada. Estar en Champions y con dinero en la caja de dos ventas como las de Aleix Vidal y Bacca y tener el puesto en tenguerengue. No es precisamente el centro del campo la demarcación más poblada en el Sevilla y de ahí que desprenderse de Vicente Iborra sea ahora mismo un compromiso.