«Fue muy duro, el dilema peor de mi carrera. Porque encima, el Sevilla puso muy buena predisposición para que yo hiciera lo que sentía más allá de la cláusula. Ellos fueron muy directos. Me dijeron: ´Jorge, pasa esto y no queremos que te quedes a desgana´. Pero la realidad es que yo había asumido un compromiso. Hubiera sido preferible que me obliguen a quedarme y no que me dejen el análisis moral y ético para decidir. Sentí que no podía fallar al compromiso», explicó el preparador nervionense.
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