El Sevilla no convence. Ayer tampoco jugó afinado. Ni cohesionado. Empezó muy descosido y aunque fue fraguando con los minutos, la salida de Iborra de la zaga al entrar Mercado por el Mudo lo volvió a descoser en apenas dos minutos, los que mediaron desde el gol de Timor (67′) al de Szymanowsky (69′). De ahí el contenido extra del golazo de Sarabia. Los puntos lo acaban cosiendo todo. Y este equipo raro como un perro verde se ha llevado a su zurrón 17 de los 24 por los que ha litigado. Los pupilos de Sampaoli debieron pensar, al abandonar Butarque de regreso a Sevilla, que tan mal no deben estar haciéndolo cuando en ese momento comandaban la tabla de la Liga. Un dato irrefutable, rotundo. Y que carga de razones.
