Aquel año, el del penúltimo ascenso a Primera, con Marcos Alonso en el banquillo, el Sevilla mantenía su portería a cero en la jornada 5. Asimismo, para encontrar un Sevilla tan poderoso en defensa en Primera división, hay que ir hasta la temporada 89-90, año en el que, tras el quinto partido, también había recibido dos goles, de la mano de Vicente Cantatore. Un año en el que se terminó en sexta posición.