La «aventura» del Rubin Kazan con respecto a Rakitic duró algo más. En primer lugar, porque el plazo de inscripciones en el mercado ruso duró unos días más y, en segundo, porque no esperaron al último día del cierre en el espacio de movimientos español. Un reputado intermediario de Rusia, de iniciales A. K., fue la persona que se puso en contacto con el Sevilla pero se encontró con un gran problema… A las primeras de cambio, y a pesar de que el club ruso estaba dispuesto a hacer un fuerte desembolso para convencer a Rakitic, el mediocentro lo tenía claro desde un principio: «Yo no me quiero ir a Rusia», le dijo a su hermano y agente, Dejan Rakitic.