Pues no. Monchi no se fue llorando a lágrima viva. Tan sentimental como ha demostrado ser en sus más de 20 años seguidos en Nervión, Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, dijo adiós, siempre «hasta luego» en el idioma del sevillismo, con la cabeza alta y los ojos brillantes, pero sin rebosar. La sensación que deja el de San Fernando es que ya le queda un día menos para volver al Sevilla. Y es que sin haberse terminado de despedir todavía, aún flota en el ambiente esa duda que nos hace pensar a todos: «Este no se va».
Ver Noticia[ad id=»88331″]