La situación deportiva y económica del Sevilla Fútbol Club no es muy esperanzadora. Sus aficionados salieron ayer del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán con un cabreo impresionante.
Vieron como sus jugadores salían al campo para disputar lo que parecía un partido de solteros contra casados, un esperpento lamentable. El Consejo de Administración del club, volvió a salir abucheado y silbado del estadio, una vez más. Pero la pasividad es un mandatario es absoluta.
Otra gestión que puede causar el enfado de la afición, es el traspaso de Luismi Cruz, al Tenerife. Según informa el diario canario, El Día, el club azul quiere bajar la opción de compra por el canterano sevillista.
Estaría estipulada en 1.2 millones de euros, mientras que los canarios han mandado una oferta de 300.000 euros.
Si el Sevilla decide aceptar, sus aficionados mostrarán de nuevo su indignación, ante una gestión que parece bastante mala y poco conveniente en lo económico.