Las malas sensaciones sólo desaparecen haciendo buenos partidos, y ése es, evidentemente, el propósito con el que el Sevilla va a saltar esta tarde (15.30, sin televisión) al estadio del Borussia de Mönchengladbach, cuarto clasificado de la pasada edición de la Bundesliga que en breve disputará la fase previa de la Liga de Campeones. Con la derrota del miércoles ante el Córdoba –la segunda frente a un rival de inferior categoría en este verano– aún muy reciente, el Sevilla afronta el que, sin duda, es el compromiso más exigente de cuantos concertó para preparar debidamente el arranque liguero.