Caían los de Nuno por la mínima, con lo que los nervionenses estaban tirando por la borda sus opciones de atacar la cuarta plaza… Fue entonces, cuando se produjo la charla de Unai Emery en el vestuario que tocó la fibra sensible a los jugadores. El técnico vasco les dijo a la cara que no se podían despedir así de los sevillistas en el Sánchez-Pizjuán y, por supuesto, les informó del resultado que se estaba dando en Valencia.