El técnico sevillista se lo pensó y finalmente asintió la propuesta realizada por sus jugadores, aunque el entrenador dejó clara dos condiciones que debían de cumplir sus hombres a rajatabla, apunta el diario Marca. La primera era que ninguno de ellos podía llegar más tarde de la medianoche a su domicilio. La segunda condición que impuso Emery era que tenían que ganar al conjunto madrileño.