Estas cosas pasan cuando uno menos se lo espera, pero pasan. Y suelen llegar en el peor momento. En este caso no fue el peor momento deportivo, pero sí en la mayor crisis institucional de los últimos diez años. Con un presidente en funciones aún pendiente de ser ratificado por el consejo de administración, el Sevilla protagonizó uno de los petardazos más sonados de su historia al caer eliminado de la Copa del Rey con una dolorosa derrota en el Sánchez-Pizjuán a manos de un rival de Segunda División B cuando sus seguidores ya hacían cuentas de los cruces que a su equipo le iban a caer en suerte en octavos y en cuartos.