Llega otra vez la hora de la verdad para el Sevilla y, como cada dos semanas, Unai Emery trata de mantener la tensión, de ilusionar al entorno y mostrar su seguridad de que la victoria fuera de casa va a llegar de una vez. No cabe otra, desde luego. No hacerlo sería ya decir adiós definitivamente a Europa porque la derrota ante la Real Sociedad, que no entraba en los cálculos por la seguridad que el equipo llevaba en Nervión, ha complicado mucho la cosa.