El encorsetado ataque del Sevilla de Lopetegui

Cabría introducir el debate sobre la conveniencia de utilizar la palabra delantero en plural o hacerlo, lo que sería más correcto, en singular. Porque da igual que los nombres sean Dabbur, Chicharito y Ocampos, hasta Joan Jordán y Óliver Torres, centrocampistas con tendencia ofensiva en la teoría, a la hora de la verdad el único que pisaba el área era el mexicano, los demás comparecían por allí de vez en cuando, pero muy de vez en cuando. Ahí están los vídeos. Ni siquiera el hecho de medirse a un contrincante del nivel del Bergantiños propició que Lopetegui hiciera pruebas con un dibujo algo más ofensivo en busca de otras variantes igualmente posibles en el fútbol de ataque. Dabbur no tenía absolutamente nada que ver con el futbolista que siempre ha sido y que lo llevó a ser uno de los principales goleadores de Europa en el Salzburgo, sino que dentro de este esquema tan cartesiano del 1-4-3-3 era un extremo izquierdo puro y duro. Con supuesta tendencia a irse hacia el medio para dejarle el pasillo al lateral, que es el que empuja, pero la consecuencia es que durante el primer periodo jamás fue capaz de hacer lo que mejor sabe ejecutar el israelí, que es asociarse en los pases cortos.

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