Ya no son los títulos, ya no son las paradas y los partidos salvados gracias a él, ya no es siquiera el «Gol de Palop» en Shakhtar. Es su implicación con el Sevilla, su camiseta sudada, su intensidad en los partidos, y ese momento en Getafe, en un partido de liga cualquiera, entresemana, un desplazamiento, y EL ÚNICO que se quedó en el césped a saludar a los sevillistas desplazados desde Sevilla o residentes en Madrid, fue él, fue Andrés Palop, uno de los mejores jugadores que ha vestido la sagrada camiseta del Sevilla, uno de los nuestros: