Faltan fichajes. Y piezas importantes por incorporarse al equipo, como los Kjaer, Mercado o Banega. Pero, sin duda, la nueva identidad de este Sevilla se va plasmando poco a poco y cogiendo cuerpo en cada una de sus comparecencias. Están cambiando y van a cambiar muchas cosas por Nervión. Viene un viraje importante en el estilo. Una permuta en la que el fútbol horizontal y el «manoseo» de la pelota pasan a mejor vida para dibujar un Sevilla más directo, al que le va a tocar asumir muchos riesgos atrás. Y para minimizar ese hándicap harán falta nuevos y buenos centrales. Resulta una auténtica odisea implantar este sistema sin los elementos mínimos necesarios. En Zúrich, lo acusó y mucho el Sevilla.