La intención del Sevilla en estos momentos no está clara. Por un lado, en el club el defensa gusta no mucho, sino muchísimo pese a sus despistes. No es que Monchi crea que es bueno. Es que está convencido de que es jugador de equipo grande, de ahí la confianza ciega durante tanto tiempo. Pero claro, tanta faziada al final canta y la realidad puede terminar por imponerse. Y más cuando hace falta el dinero.