A pesar de Teixeira, de Bernd Schuster o de Keylor Navas, resulta inadmisible para un equipo con evidentes aspiraciones europeas encajar diez goles en tres partidos de Liga. Son indiscutibles los factores externos que han alterado el rendimiento del Sevilla FC en los últimos enfrentamientos ante el Levante, el Málaga y el Barcelona; pero, desgraciadamente, también hay un elemento tangible que ha desmoronado el equipo cual castillo de naipes: a Emery se le ha caído el proyecto desde sus cimientos, desde esa rígida defensa sobre la que se asentó la anhelada mejoría del equipo en los últimos encuentros de la primera vuelta y que ahora se ha evaporado.