Tras el descenso con el Leganés, Óscar Rodríguez volvió al Real Madrid sabiendo que lo más probable era que su paso por la casa blanca fuese temporal: una nueva cesión (o venta con opción de tanteo) era la opción más obvia y así fue. Recaló en Sevilla en un claro paso hacia adelante en su carrera, pero por el momento su presencia ha sido más bien testimonial. Jugó 22 minutos contra el Cádiz en el debut del equipo en liga y cinco ante el Levante, pero a partir de ahí… suplente ante el FC Barcelona, suplente ante el Granada, ante el Chelsea y ante el Stade Rennais. Sólo contra el Éibar, partido que el Sevilla terminó perdiendo, Óscar pisó el campo. Su rol de mediapunta en un equipo que suele jugar en 4-3-3 no parece beneficiar a Óscar, que tendrá que seguir trabajando para ganar protagonismo.