El Pacto por el Sevilla FC pretende «mantener el modelo de la entidad», con el capital repartido entre las diferentes familias sevillistas y sin la figura de un claro accionista mayoritario. Es decir, «conservar el modelo de gestión actual» y, sobre todo, «oponerse al capital extraño o extranjero». Temor que persigue al sevillismo de base después de que Eduardo Arenas, como representante de Accionistas Unidos, recibiera meses atrás el mensaje de un empresario que decía representar a un fondo inversor con capital en Hong Kong que estaba interesado en reunirse con ellos. Una tentativa que el grupo declinó al entender que la invitación era contraria a sus principios.
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