Cuando estaba a punto de acabar la primera parte cayó del cielo la SkyCam. Si la cámara, de un tamaño y peso considerables, llega a caer encima de algún futbolista podría haberle ocasionado daños importantes, pero por fortuna no fue así y la cámara quedó enganchada en la visera de metacrilato del segundo anillo del Benito Villamarín, no cayendo a plomo. Además, aterrizó en la grada, en una zona vacía debido a la pandemia, evitando que se produjeran daños personales.