El 21 de abril está en la mente de todos los sevillistas desde que a inicios de febrero se eliminase el Leganés en las semifinales de la Copa del Rey. Es una fecha señalada, como la de cada final, aunque en esta temporada ha cogido un valor difícil de cuantificar hasta que no pase la misma. Su consecución transformaría una temporada desesperante en Liga en un éxito rotundo. Título y acceso 60 años después de los cuartos de final en La Champions. Dos sobresalientes y un aprobado raspado -si termina en posiciones europeas-. Es decir, Óscar Arias y su entrenador, Vincenzo Montella, rozarían el notable en su primer año.