Es difícil no toparse en estos días de encuentros amistosos y familiares una tertulia futbolística en la que no salga el nombre de Luuk de Jong… en tono negativo. El delantero del Sevilla centra las críticas, en algunos casos muy hirientes, por sus toscas cualidades técnicas. Algunos aún esperan que en algún momento comience a meter goles. Otros ya han tirado la toalla. El ex futbolista del PSV Eindhoven, en cambio, mantiene intacta su vertiente de héroe en Eindhoven. La afición del Philips Stadion, de tan gratísimo recuerdo para el sevillismo, acaba de elegir en una encuensta a De Jong como el jugador de la década, tras marcar allí 112 goles en 204 partidos oficiales. Los lectores del Eindhovens Dagblad eligieron a De Jong con un 36 % de los votos, por delante del bético Guardado (25%). En el Sevilla de Lopetegui el sistema parece que lo asfixia, no halla su sitio y ni siquiera su buen partido en el derbi, golazo decisivo incluido, ha cambiado la percepción del hincha. Quizá sea por la rapidez del fútbol español.
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