Recuerdo perfectamente aquel partido de Alemania, en Fráncfort, ante el Mainz 05. No habíamos comenzado bien la Liga y, tras empatar a cero en casa en la ida de la primera ronda de la UEFA, no nos podíamos permitir caer eliminados contra un equipo que era sin duda inferior. Aquel encuentro me marcó de veras porque logré mis dos primeros goles y de alguna manera inicié una historia maravillosa de fútbol y conquistas que jamás pude imaginar, con siete años inolvidables en Sevilla, una ciudad de la que me siento y sentiré parte para siempre.