El fútbol y los goles de Deulofeu y Gameiro y el exitoso regreso de Iborra después de dos meses y medio fueron las notas positivas del triunfo del Sevilla en Granada. En el lado negativo quedaron las dudas que siguen dejando los centrales suplentes y los yerros ante el gol de Iago Aspas. El atacante gallego no tuvo fortuna en Los Cármenes. Tuvo tres ocasiones de gol, una muy clara, y esas oportunidades desperdiciadas para reivindicarse llegaron precisamente después de su pataleta en el Sevilla-Granada, cuando regresó al banquillo entre protestas después de que Unai Emery gastara su último cambio metiendo a Gameiro en el campo. Esto ha puesto al ex céltico en la picota de las críticas, si bien cabe matizar que en Granada ofreció de nuevo destellos futbolísticos que a veces pasan desapercibidos.