Entre ellas destacan la implantación de un tercer tiempo como sucede en el rugby, consistente en una charla-café entre los dos equipos y los árbitros tras los partidos; la instauración de una tarjeta azul para amonestar a los autores de un hecho o comentario violento o racista; la ampliación de competencias del Informador Arbitral; o la creación de un #hashtag en Twitter para denunciar provocaciones con enlace directo con la Policía Nacional.