Si hay un futbolista al que le entraría como un guante el calificativo de culillo de mal asiento, ése podría ser Ciro Immobile… hasta que llegó a la Lazio. En el conjunto lazial el rey del gol ha hallado su reino, su hogar, el imperio que se llevó años buscando sin suerte. Sólo en Italia ha jugado en multitud de equipos. En los dos de Turín, por ejemplo, primero en la Juventus. Pasó por el Genoa, el Siena, el Grosseto, el Pescara… Desde que salió de las categorías inferiores del Salerno y tras pasar por la cantera del Sorrento, el nómada italiano viajó sin parar hasta llegar a Dortmund. Tras ser pichichi de la Serie A con el Torino en 2014 lo fichó el Borussia y de ahí pasó el Sevilla, antes de volver al Torino y de aquí a la Lazio. Y ahí se quedó…