El Sevilla es con diferencia el equipo más goleado de los seis que moran hoy en puestos europeos. Encajar 44 goles en 35 partidos es un lastre que a la larga ha reducido sus expectativas al terreno de la lógica: tratar de acabar cuarto clasificado, el puesto para el que estaba llamado por potencial cuando arrancó el proyecto de Jorge Sampaoli. Para empresas mayores hay que ir por la vida sin que se te vean las costuras como se le ven a este equipo. Ayer pusieron más juego los que vestían de amarillo mostaza, pero el picante fue blanquiazul. Sobre todo el que manó de las botas de Sandro, cuya movilidad, intención, listeza y pegada agradeció las concesiones de la retaguardia sevillista.
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