Profundizando en esta cuarta derrota de la temporada (el tema es poner a los chipriotas a la altura de Barcelona, Real Madrid y Eibar), sí es cierto que determinados jugadores dieron otro paso atrás cargando de razones al club si los que mandan deciden moverles la silla en el mercado de invierno. Otros, bien asentados en el grupo, simplemente salieron desganados y otros, como Ocampos, pusieron la tensión de siempre demostrando que son jugadores que van de frente. Pase lo que pase. Más allá del cambio de actores en casi todas las posiciones, el giro de Lopetegui en el esquema restó consistencia al sistema defensivo. El Sevilla pasó de tener a tres centrocampistas por dentro a un doble pivote con un 1-4-2-3-1 que no permitía las habituales coberturas en esa zona para mantener a raya las transiciones del rival, que pillaron siempre en desventaja a Gudelj.