El Betis tiró de una presión fuerte e intensa, hasta cierto punto agresiva, para que su enemigo no estuviera cómodo y se le cayera el plan previsto. De hecho, no sólo lo neutralizó sino que obligó a cambiarlo. Porque el guipuzcoano esperaba con De Jong un Sevilla más dominador y un Betis más metido en su área, pero la primera parte se desarrolló de una manera distinta. Esa inmensidad de metros que tenía el holandés hasta el área de Claudio Bravo era un escenario más apropiado para la potencia de En-Nesyri, pero no sólo eso, sino que el sistema defensivo se protegía cada vez más en bloque de repliegue, generándose además muchos fuegos y situaciaciones complicadas por el pasillo central. En el descanso el ex seleccionador apostó por variar la ruta y los resultados aparecieron, aunque no hubo continuidad tras el 0-1 y el Betis volvió a empujar.