El Sevilla jugó en Mestalla un partido intenso. Se lo curró, podíamos decir en el lenguaje más de la calle, pero si otras veces las áreas le habían dado a este equipo el oro del reino, en Mestalla fue donde los de Pablo Machín acariciaron el liderato provisional, sí, pero también perdieron parte del botín que iba ya camino de la valija de vuelta a Sevilla. Esa pólvora otras veces certera se quedó a medias en la ocasión de que dispuso Andre Silva, que de haber entrado hubiese significado un 0-2 insalvable para el Valencia. Y esa falta en el descuento fue un cúmulo de desaplicaciones que en este caso le cuesta al Sevilla una ocasión perdida para dar un golpe en la Liga. Una falta quizá innecesaria de Muriel, una mala marca de Andre Silva y una salida en falso de Vaclik.