Lopetegui no se atrevió a alinear a la mayoría de sus internacionales, fundamentalmente Ocampos y De Jong, el primero titular en los dos partidos de Argentina y uno de ellos en condiciones de altura especiales en Bolivia. Y al final, ante un equipo muy combativo como el Granada, las fuerzas se igualan tanto que un pequeño detalle acaba decidiendo un partido. Y si encima ese detalle no es pequeño sino importante como una expulsión con 45 minutos por delante el fútbol deja demasiadas cuestiones al azar y a lo que obligue a hacer el rival. El Sevilla, con la salvedad de que la presión arriba de Carlos Fernández no es la de De Jong, que sin Ocampos y sin Koundé también baja varios escalones más, no pudo imponer su estilo al jugar demasiados minutos en inferioridad, aunque mantuvo el tipo bastante tiempo. El Granada fue encerrando cada vez más a su oponente y lo trincó en la banda en la que más flaqueaba, la que en un momento dado coincidieron un jugador fuera de forma, Acuña, y un delantero que no está hecho para defender, En-Nesyri.