El cántabro, que llegó sin hacer ruido, no se esperaba tener tanto protagonismo, aunque asume con tanta humildad como franqueza y ambición que tiene «mucho margen de mejora».
El cántabro, que llegó sin hacer ruido, no se esperaba tener tanto protagonismo, aunque asume con tanta humildad como franqueza y ambición que tiene «mucho margen de mejora».