“Aquella temporada, la 2006-07, fue la confirmación de que no éramos flor de un día. Ganar en Glasgow fue importantísimo porque nos llevábamos la segunda UEFA, pero también porque demostramos que nada había sido por casualidad. Ese año ganamos también la Copa del Rey, la Supercopa de España, y merecimos ganar LaLiga. Fuimos superiores al Madrid y al Barcelona. Se veía. Ganábamos con mucha facilidad, y, en los partidos que empezábamos perdiendo, sabíamos que remontaríamos. Pero llegó el partido ante el Mallorca y se acabó. Digamos que aquello fue extraño. Sí, con unas decisiones discutibles. Ya está. Prefiero no decir más. Con eso lo digo todo”, dijo a ABC de Sevilla. El entrenador también recuerda su llegada al Sevilla: “El club era ya muy sólido. Se fueron Ramos, Baptista, jugadores importantes. Y llegaron refuerzos importantes. Al principio es verdad que nos costó un poco. Tuvimos meses difíciles. Pero en la segunda parte de la temporada empezamos a creer que podíamos hacer cosas importantes”.