Es en las situaciones más complejas, donde todo parece más oscuro, cuando los buenos entrenadores de fútbol ofrecen soluciones a lo que ocurre en la hierba. Frente al Espanyol, pese a sumar un empate tras ponerse por debajo en el marcador, las sustituciones no le dieron más mordiente al equipo. En Rumanía, en cambio, sí. Y la gran pregunta que surge de la valentía de Julen Lopetegui con los cambios es la siguiente: ¿Tiene el Sevilla material en su plantilla para atacar de forma distinta a la actual? Algo tiene. Sin duda. Al entrenador se le encendió una pequeña bombilla. Podía haber terminado en suicidio, pero algo cambió en su ataque. En-Nesyri sustituyó a Jesús Navas. Dos delanteros -como ante el Espanyol- que se fabricaron el empate.