«El primer año, sobre todo los seis primeros meses, fueron un poco más complicados. Notaba que la gente quería un poco más de mí, pero tuve la suerte de tener un entrenador y un staff técnico que tenían mucha confianza en mí. Me decían que no me preocupara, que los goles iban a llegar y que hiciera mi juego. Después llegó la primera UEFA, la de Eindhoven, y con ella nos impulsamos. El segundo año fue mucho mejor, ya notaba que tenía importancia en el equipo, que contaban conmigo», explica en la revista Sevilla Football Club.