Monchi ya tiene en Sevilla a la guinda de su pastel, el cual, a pesar de faltarle dos ingredientes difíciles de sustituir con respecto al pasado banquete, está endulzando a la familia sevillista con una pinta exquisita, renovadora e ilusionante.
Monchi ya tiene en Sevilla a la guinda de su pastel, el cual, a pesar de faltarle dos ingredientes difíciles de sustituir con respecto al pasado banquete, está endulzando a la familia sevillista con una pinta exquisita, renovadora e ilusionante.