La selección de Dinamarca está viviendo un extraño episodio a escasos días del Mundial y su principal epicentro es Simon Kjaer. El central del Sevilla es el principal foco de disensión entre la federación de su país, la Unión Danesa de Fútbol (DBU) y los jugadores del equipo nacional, recrudecida por la reclamación de la DBU de 500.000 coronas por publicidad desleal.
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