La última de estas exquisiteces con el balón llegó en el entrenamiento matutino de ayer, cuando el veloz extremo batió con una brillante vaselina a Sergio Rico, lo que provocó que los alrededor de 300 aficionados que se dieron cita en la ciudad deportiva sevillista para disfrutar de la sesión a puerta abierta aclamaran a su nuevo ídolo, que no paró de recibir halagos y ser aclamado por la grada.