Los mismos que en febrero se salieron de la manta para pedir su salida en cuanto hubo un bajón de resultados, con Mirandés como pico de la curva de la crítica, han regresado ahora. Que si es inconcebible que el Sevilla pierda tres partidos seguidos, que si se equivoca, que si no lee el juego, que si los cambios… los que nunca reconocerán lo que la mayoría de sevillistas sí ha hecho, que es un entrenador de una categoría que nunca habrían esperado allá por junio de 2019. A Lopetegui le queda crédito de sobra en Nervión, no sólo por haber tocado la plata de la sexta Europa League y haber firmado una temporada de ensueño, sino porque su gran valedor es Monchi, santo y seña del club y nada amigo de dejarse llevar por la presión externa a la hora de decidir quién debe estar en los banquillos de sus equipos.