Nueve partidos en casa más algunos puntos más (qué trabajito le está costando) en los siete encuentros lejos del Sánchez-Pizjuán deberían ser suficientes para que el Sevilla deje de tentar a la suerte y trate de amarrar el objetivo: volver a jugar la Champions. Sin excusas, sin mención a los numerosos lesionados (que los ha habido y muchos) y a los errores de los colegiados y VAR (también el Sevilla ha salido perjudicado en varias ocasiones), el equipo nervionense necesita responder el domingo ante el Eibar con una victoria.
